Un terrible accidente
Mi expectativa de cambio viajaba plácidamente en un vehículo de la marca FE, motor 600, a prudencial velocidad, ya le habían rozado unos días antes, por coincidencia, el sobrino del que ahora le chocó estaba al volante, había nacido hacia solo un mes, razón de sobra para no montarlo en un vehículo mas posante, pero ya estaba fuerte, estaba alimentado por la esperanza de que por fin las viejas costumbres políticas estarían enterradas definitivamente.
Pero como en el transito alocado, de la política criolla, nunca falta un tarado que ande a gran velocidad en estos gigantescos Trucks, de la marca CODICIA, modelo personalista, de un Colorado “intenso”, se interpuso en su camino, y como él venía a gran velocidad hizo añicos a mi “FE 600” y mi pobre expectativa de cambio está en terapia intensiva.
Gracias a Dios, ambas cosas no corren riesgos de pérdida total; a mi expectativa, cuando tenga alta, si no surgen complicaciones, le enseñaré a manejar con más prudencia, más a la defensiva, en cuanto a mi FE 600 lo reacondicionaré, con algunos cambios, trataré de adquirir un paragolpes más fuerte y unos faroles más potentes que alumbren un poco más allá de algunos metros. Con eso creo que estaré en condiciones de transitar en medio de tanto tráfico loco y cambiante.
Dejándonos de metáforas, el tal “accidente” no es otra cosa sino la sensación que tengo dentro de mí en razón de los últimos acontecimientos.
Primero me “roza” los nombramientos de uno de los Franco y un Maidana Lugo, en Yacyretâ; de la mano de quien no importa, importa que ellos se prendieron al cargo cual garrapatas y si luego renunciaron, no fue por un acto de voluntad propia y de un arrastre de dignidad, sino porque la ciudadanía se manifestó por todos los canales posibles contra este manoseo. A raíz de este “roce” mi “FE 600” quedó algo abollado.
Luego vino Fernando Lugo, con una furibunda declaración de “Basta de la dictadura de la Prensa” y eso atropelló “Mi expectativa de cambio”. Definitivamente estábamos, yo, mi “expectativa de cambio” y mi “FE 600” en la ruta equivocada y a la hora equivocada.
Pero nos recuperaremos, no estamos muertos, con una buena dosis de pensamiento positivo y algo de esperanza, seguiremos en la ruta.
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