Que pena mi querido Paraguay, cuántas humillaciones tienes que pasar para que tu pueblo se despierte y actúe.
Estos autodenominados Ejército Popular del Pueblo, no son sino unos vulgares criminales, los verdaderos guerrilleros tienen ideales, ponen su propio pecho a las consecuencias de sus luchas y no se valen de secuestros o de tráficos de armas o drogas para presionar, mucho menos para “recaudar”. Como podemos pensar en construir un nuevo Paraguay sobre las bases del delito, la muerte o cualquier otro tipo de acción que vaya contra la Constitución Nacional.
Es cierto, los parlamentarios violan a diestra y siniestra la C.N., los Ministros de la Corte van contra toda ética, pero eso no nos da derecho a que tomemos la justicia por cuenta propia. Hay otras alternativas menos brutales y más efectivas. Hoy tenemos un Ministro del Interior que sabe lo que esta haciendo, solo hay que ayudarlo a que consiga su objetivo de lograr que el secuestrado salga vivo y así poder detener y procesar a todos y cada uno de los involucrados en el secuestro.
Yo sé que es muy difícil que el pueblo común del Paraguay no acepte “el regalo” de un poquito de carne aunque tenga el rótulo del diablo allí colocado, esa es una vieja costumbre bien paraguaya, venida de los tiempos de la dictadura, cuando en los mítines políticos colorados se repartían los famosos “vaca’i” o salame con galletas, para mostrar que “tenían pueblo”, esa maldita costumbre lo vi florecer entre los pobres de mi querida Yby Yaú, cuando Magdaleno Silva traía mercadería decomisada de la aduana y aprovechaba para “ganar simpatía” con eso. Lo llamaban “Toro Bola” porque eran dos saquitos plásticos conteniendo un poco de arroz, fideo, algo de carne, talvéz un poco de azúcar; en fin, aquello para mí era humillante, pero saciaba el hambre de mucha gente al menos por un día y de esa forma los votos se mantenían cautivos.
Sin embargo hay una cosa que hay que dejar bien claro, el Presidente Fernando Lugo trato de impedir una acción como esta, con el proyecto de Ley que bloquea los bienes de los secuestrados, pero el mismo oviedismo y otros políticos afines en el parlamento no aprobaron el proyecto, eso equivale a decir que los mismos parlamentarios que hoy critican al gobierno son unos cínicos de marca mayor.
De paso, bien por los indígenas de Hugua Ñandu que no aceptaron el "regalo", eso es dignidad, eso es tener conciencia, ojalá que los demás aprendan esta lección.
1 comentario:
estoy de acuerdo contigo pirulo; lugo trata de hacer bien las cosas y el parlamento cinico e hipocrita protege a mafiosos y se burla del pueblo que lo ha votado!
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