Justicia, una palabrita corta pero que representa TODO lo que un ESTADO necesita para fortalecerse y crecer.
La justicia no es apenas juzgar y condenar, justicia es el conjunto de elementos y reglas que deben ajustar la sana convivialidad de los habitantes de una ciudad, un departamento, UN PAIS, un continente; en síntesis el mundo.
Lastimosamente el ser humano nunca lo entendió así y un grupillo de personas lo usan para su propio provecho, en detrimento de la mayoría.
No se puede hablar de justicia en un país donde hay una educación clasista y discriminadora, no se puede hablar de justicia en u país donde una minoría absoluta detiene la propiedad sobre la mayor proporción de tierra dejando a una mayoría infinitamente abrumadora la ínfima parte de lo que sobra, peor aún, tierras que no sirven porque ya fueron explotadas y deforestadas.
No se puede hablar de justicia en un país donde el índice del PIB se mide por un producto que no deja beneficios a la clase pobre, que no deja moneda circulante en las manos de quienes realmente lo necesitan para “sobrevivir” y cuya renta va a parar a manos de quienes solo lo tienen para derrochar, especular y someter al pobre a sus caprichos.
No se puede hablar de justicia en un país donde se trafica influencias, para sacarle al iletrado sus pocos bienes para aumentar la del rico.
No se puede hablar de justicia en un país donde se socializan los daños o las deudas y se privatizan los lucros.
Por último, no se puede hablar de justicia en un país donde solo los corruptos y los “indiferentes” ocupan los espacios de poder. Porque los corruptos les roban a los pobres sus oportunidades y los “indiferentes” ni se inmutan ante tanta injusticia.
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