El país es una institución, manejada o administrada, por seres humanos, son los que tienen fallas, técnicas, físicas o comportamentales, no el país.
Estoy cansado de escuchar y leer: “EL PARAGUAY es el país más corrupto o el más esto o aquello…” Son sus habitantes o sus políticos quienes “aportan a la imagen del país los defectos que le endilgan.
¿A qué viene este preámbulo? A que sería muy importante que empecemos a dejar de buscar culpables donde no existen y comenzar a corregir nuestros propios errores como ciudadanos.
Si tenemos autoridades o administradores del Estado CORRUPTOS, es porque hay CIUDADANOS corruptos y, cuando digo CIUDADANOS hablo de ambos, es decir del empleado administrativo del Estado y el que no lo es. Ambos se corrompen mutuamente por intereses y resultados diferentes (el uno paga y el otro recibe, pero ambos “ganan algún privilegio ilegal”)
La deducción más lógica de este razonamiento es que LA CIUDADANIA dependiente de la administración del Estado, es decir la que no está en la administración, es la primera que debe cambiar su manera de ver y vivir las diferentes situaciones que se le plantean en su diaria jornada rodeada de los distintos estamentos del Estado (Policía de tránsito, caminera o la policía encargada de la seguridad civil, gestión de documentaciones o cualquier otro trámite ante los organismos del Estado) vamos a dejar de “dar coimas”, cortar filas o eludir reglas.
Sobre todo dejen de vender sus votos, que la raíz de todo el mal está allí.
Y a partir de ahora dejen de decir que EL PARAGUAY es un país corrupto o lo que sea, en todo caso es EL PARAGUAYO el que es lo que le endilgan al país.
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