Yo estaba convencido que se había acabado la época de las denuncias y los discursos electoralistas. Me equivoqué de cabo a rabo, los Liberales, eternos paralelos de los Colorados, están reeditando esa maldita costumbre.
Apenas comienza una campaña política y allí están “ellos” y “ellas” dando una de grandes denunciadores de irregularidades, en todos los tamaños y colores. Antes, cuando hacían parte de la repartija no decían nada, ahora que ya no hacen parte ¡Pegan el grito en el cielo!
Si yo fuera candidato, lo que haría es presentar mi proyecto país posible, además de argumentar “porqué quiero ocupar el cargo que estoy solicitando a mis votantes”, eso es lo que se tiene que hacer en una campaña proselitista.
Un posible proyecto país es hablar, por ejemplo si el caso es de Intendencia, la situación del tránsito en la Capital y sus alrededores. Un proyecto que busque un diálogo más fluido con las otras entidades de obras y servicios de la ciudad, de modo a evitar los sorpresivos cuanto molestos y perjudiciales agujeros en las calles de nuestra ciudad, causadas por obras inconclusas de cañerías rotas o conexiones fluviales atascadas, en fin ese tipo de cosas es lo que hay que hablar cuando se está en una campaña proselitista y no ponerse a hacer denuncias que no conducirán ni al castigo, ni a la investigación de los hechos denunciados, lo que le resta seriedad y conduce apenas al descrédito, tanto de la campaña en sí, como al candidato.
Si tanto se quejan de que Lugo no trajo el cambio, comiencen a cambiar ustedes, mis queridos políticos candidatos a cargos municipales de mi gran Paraguay.
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