| | “Comunicar la verdad, defender la libertad”: |
Atendiendo a las publicaciones en el diario ABC color de los días 19 y 20 de abril:
Resultan hasta ahora incomprensible Mabel, cuales son los grandes descubrimientos que lográs con tu equipo periodístico montado para “investigar a la campaña ABC Ijapú”.
Cabe preguntarse Mabel: ¿Sobre que elementos montaron una serie de parafernálicas notas?
Sobre una par de jóvenes que vendieron remeras con la leyenda “abc ijapú” desde un escarabajo a 25.000 gs?
Sobre un supuesto correo electrónico, que no sabe que tiene de “dossier” y que “habría” supuestamente llegado al poder ejecutivo para supuestamente confeccionar 10.000 remeras?
No se logra comprender como es que una periodista que aparece como responsable del área de Relaciones Internacionales del FOPEP (Foro de periodistas paraguayos) que tiene como slogan la frase “Comunicar la verdad, defender la libertad” puede montar una “investigación” sobre un par de supuestos y especulaciones que resultan totalmente traídos de los pelos y de carácter abiertamente tendencioso.
Si hubieras tenido algún tipo de respeto hacia la labor del periodismo que ejercés y hacia la ciudadanía a la que pretendés comunicar deberías explicar mas claramente y de manera minimamente rigurosa cuales son los elementos que tenés para afirmar que esta iniciativa ciudadana esta apoyada, financiada o promovida desde el gobierno.
Evidentemente dentro de la lógica de ABC color de tratar, como están acostumbrados a los ciudadanos paraguayos como borregos sin criterio y capacidad crítica, incapaces de manifestar su malestar con una prensa irresponsable, les parece inconcebible que existan ciudadanos que si lo hagan. De ahí que con argumentos totalmente rebuscados intentan hacer creer a la gente que esto se estaría articulando desde el Estado.
O simplemente servís a intereses deshonestos o dentro de la alienación que se encuentran dentro de las oficinas de su medio periodístico no se dieron cuenta que hay una gran parte de la ciudadanía que está cansada de ser prisionera de la agenda marcada desde un medio irresponsable que persigue los intereses coyunturales, políticos y económicos de su propietario Aldo Zuccolillo.
Hay ciudadanos liberales, colorados, oviedistas, luguistas, izquierdistas, derechistas y de todos los colores que están hartos de estar sometidos a una prensa que diariamente atropella los principios más elementales de la ética y el profesionalismo periodístico.
Existen ciudadanos que están cansados de no saber si las informaciones que leen en los diarios que funcionan como filtro entre la realidad y la ciudadanía son verdad o mentira y que muchas veces surgiendo desde aquí se reproducen como matriz de opinión en radios, televisión y otros medios.
Durante 35 años vivimos cautivos de una dictadura que se erigía como poder omnipotente e incuestionable. Está dictadura cayó en el año 1989, pero aparentemente con ella no cayeron los vestigios que todavía quedan de autoritarismo y que hoy se ven encarnados en un medio que pretende erigirse como súper poder por encima de toda la sociedad paraguaya.
Con un operativo policiaco al estilo gestapo, digno de una entrega vigilada de la Senad o la DEA buscan claramente delicuenciar y amedrentar a todo aquel que se atreva a cuestionar el poder omnímodo de un medio que pretende ser intocable e incuestionable.
Con esta actitud el diario ABC color demuestra claramente la falsedad de su carácter pluralista y democrático.
Antes le teníamos que tener miedo a un Estado autoritario, ¿ahora le tenemos que tener miedo a un medio de comunicación autoritario?
Como ciudadanos paraguayos tenemos la capacidad y el derecho de hacer una lectura crítica de la realidad y romper con la apatía y temor que se nos inculcó por más de tres décadas de dictadura.
Como ciudadanos paraguayos, amparados en nuestro derecho constitucional de recibir información veraz y precisa y de hacer uso de nuestra libertad de expresión podemos y tenemos derecho a manifestar nuestro descontento con cualquiera que abuse de cualquier poder, en este caso el de la comunicación pública.
- Diego Verón De Astrada.
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