Parecían una pequeña isla en un mar de hinchadas internacionales que le vitoreaban a los nipones. No eran más de treinta, talvéz menos incluso, pero no se dejaron amilanar, seguían allí haciendo barullo, protestando porque tal o cual jugador que entregaba mal una pelota, o porque el arquero casi entrega una pelota. Fueron algo más de dos horas de juego en campo que nos puso en vilo, que nos sacó la paciencia.
La imagen en la pantalla gigante instalada en la plaza del Trocadero, entre el museo del hombre y la imponente Torre Eiffel, hacía con que cada uno de los hinchas, de uno u otro bando, fijaran su mirada a la espera de gritar el ansiado gol que no venia.
El sol a pico, un verano parisino seco, 30 grados a la sombra, no era ningún sacrificio para nadie todos estaban allí unidos, cada uno a su manera, hasta que en los tiros penales vino lo inesperado, la hinchada japonesa, y sus adherentes, quedó muda, en la pantalla se mostraba la decepción plasmada en los rostros cansados de los jugadores del seleccionado japonés, mientras la poca hinchada albirroja, presente en Trocadero, daba saltos de alegría.
¡PARAGUAY ESTA EN LOS CUARTOS DE FINAL!!!!!!!!!!
No hay nada más que decir, las imágenes hablan por sí solas, disfrútenla
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