El informe del diario Ultima Hora que da cuenta de que Paraguay está penúltimo en materia de educación cívica no debe sorprendernos, fue fruto de 60 años de un oscurantismo cívico que no puede ser arreglado de la noche a la mañana, la generación de hoy es la misma de hace veinte años, al menos la generación con más de 16 años. El artículo en cuestión “quiere dar a entender” que “a pesar de que ya pasaron DIEZ MINISTROS” de educación, ese problema AUN NO FUE SOLUCIONADO.
O sea que ese problema es por culpa de Lugo y su gabinete y no de todo el sistema implantado desde hace años, décadas para ser más explícitos.
Mi pobre cabeza no me permite entender cuál es la matemática que usan los “periodistas profesionales” para medir la culpabilidad o la absolución de Fernando Lugo en los casos denunciados. En este caso específico, por ejemplo, yo nunca le culparía a Lugo, y es allí donde me siento un poco fuera de órbita y me siento tan mal porque de repente creo que no soy tan bueno en esto de opinar, si es que voy a medir mi visión de las cosas con las de los profesionales.
El caso de Jaeggli ya es mucho más complicado; no puedo entender cómo un legislador de la nación, a quien se le paga una fortuna, (además de cederle una serie de privilegios que el común de la población siquiera sueña en poder alcanzar alguna vez) para trabajar por el bien del país, haya hecho el espectáculo que hizo durante el informe del Presidente Fernando Lugo y que la comisión de ética del parlamento ni siquiera le haya llamado la atención.
Lo que hizo Jaeggli es gravísimo, desde todo y cualquier punto de vista, no solo se burló del Presidente de la República, sino de toda la nación.
La ciudadanía debe hacer un acto de repudio a este legislador de cuarta. Por este tipo de cosas es que de repente uno se pregunta si tendría estómago para ser presidente de la república. Yo en el lugar de Lugo hubiera tenido una crisis de náuseas, y de las bravas. Y el hecho de que Jaeggli esté allí es por la falta de una educación cívica más fuerte, pensante y actuante.
O sea que ese problema es por culpa de Lugo y su gabinete y no de todo el sistema implantado desde hace años, décadas para ser más explícitos.
Mi pobre cabeza no me permite entender cuál es la matemática que usan los “periodistas profesionales” para medir la culpabilidad o la absolución de Fernando Lugo en los casos denunciados. En este caso específico, por ejemplo, yo nunca le culparía a Lugo, y es allí donde me siento un poco fuera de órbita y me siento tan mal porque de repente creo que no soy tan bueno en esto de opinar, si es que voy a medir mi visión de las cosas con las de los profesionales.
El caso de Jaeggli ya es mucho más complicado; no puedo entender cómo un legislador de la nación, a quien se le paga una fortuna, (además de cederle una serie de privilegios que el común de la población siquiera sueña en poder alcanzar alguna vez) para trabajar por el bien del país, haya hecho el espectáculo que hizo durante el informe del Presidente Fernando Lugo y que la comisión de ética del parlamento ni siquiera le haya llamado la atención.
Lo que hizo Jaeggli es gravísimo, desde todo y cualquier punto de vista, no solo se burló del Presidente de la República, sino de toda la nación.
La ciudadanía debe hacer un acto de repudio a este legislador de cuarta. Por este tipo de cosas es que de repente uno se pregunta si tendría estómago para ser presidente de la república. Yo en el lugar de Lugo hubiera tenido una crisis de náuseas, y de las bravas. Y el hecho de que Jaeggli esté allí es por la falta de una educación cívica más fuerte, pensante y actuante.
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