Todo en la vida es cuestión de elección, al despertarte ya estás eligiendo que harás en primer lugar y qué harás luego. Eliges el desayuno que vas a ingerir, la ropa que vas a vestir.
En todas tus elecciones hay una motivación: Sentirte bien contigo mismo, en otros casos hacer que los demás te vean bien, porque te preocupa lo que los demás piensan de ti.
Aunque a veces haces elecciones que te parecen no fueron tuyas, la elección fue tuya, no lo dudes, lo que pasa es que esa elección fue intuitiva, tu subconsciente actuó en función a tus decisiones anteriores, en función a tus hábitos. Entonces debemos pensar que si fue una mala elección hay algo en mis hábitos que debo corregir para que ciertas decisiones no sean equivocadas.
Og Mandino dice en su libro que somos esclavos de los hábitos y agrega que si somos esclavos de los hábitos, lo que debemos hacer es erradicar los malos hábitos para suplantarlos por buenos hábitos.
Lo que pasa es que la definición de lo bueno y de lo malo es bastante subjetiva, es decir depende de cada uno. Lo que es bueno para uno puede parecer malo para otro.
Por ejemplo, dar monedas a los que lo piden en las calles, para unos es un acto de caridad, para otros es incentivar a la mendicidad ¿Tú como la ves? Unos, antes de dar, se preguntan ¿merece esta persona que YO le dé esta moneda? Otros se preguntan ¿seré digno de dar esta moneda? Tú eliges tus preguntas, tú eliges las respuestas y tú eliges las acciones que vas a ejecutar, aunque te parezcan que lo hiciste sin intención.
Por ejemplo cuando te enfadas con alguien y le insultas, luego le pides disculpas y le dices “perdona, no fue eso lo que quise decirte” Estás mintiendo, en realidad era eso lo que querías hacer, porque no estás acostumbrado a pensar antes de insultar. Si tienes ese hábito, empieza por ejercitar la moderación de tu reacción, aprende a dominarla. No dejes las riendas de tus reacciones sueltas a su propio arbitrio, no dejes que ella reaccione por ti.
Muchos padres, enojados con sus hijos, suelen decir “tienes suerte de tener un padre como yo” La suerte es la de SER PADRE, (cuando digo PADRE me refiero a ambos) es decir en realidad eres tú el suertudo de ser el padre de esa criatura, si esa criatura tiene defectos de formación disciplinaria o moral el culpable eres tú. Ser un padre tolerante, permisivo no es bueno para un hijo. Pero eso no significa que empezaremos por “castigar a nuestros hijos” obligándolos a ser como queremos que sea. No. A los hijos se los construye e instruye desde sus meses de nacido, formándole hábitos buenos, luego cuando vaya teniendo consciencia de lo que le rodea mostrarle los ejemplos. Si tienes algo que recriminarle, no hacerlo delante de otras personas, incluidos, y especialmente, delante de sus amigos o familiares. No conseguirás corregir sus errores haciéndole pasar vergüenza delante de sus amigos. Ante todo es importante que seas amigo de tu hijo, que le inspires la suficiente confianza como para que él te confíe sus problemas, de modo que te pida consejos a ti antes de que a sus amigos en la calle, jóvenes inexperientes e impulsivos como él, movidos por la curiosidad y el gusto por el peligro de no saber (y querer saber) lo que pasará.
Se preguntarán el por qué escribo esto. La razón es sencilla, estoy queriendo descubrir qué les estará pasando por la cabeza a los PADRES de los jóvenes miembros del EPP que fueron abatidos y de los otros que están siendo perseguidos. Esto porque el papá de Nimio, el ultimo abatido por las fuerzas policiales culpó a la prensa de involucrar a su hijo en los hechos. Lo malo es que RECIEN AHORA lo dice: no lo dijo el primer día en que vio la foto la foto de su hijo estampada en un afiche de “BUSCADO”. Lo dice ahora que está muerto. Eligió callar en el momento en que debía haber hablado y habló en el momento más inoportuno.
Este escrito también puede aplicarse al caso Hortensia Morán, está eligiendo exponer al ridículo a su hijo, un niño que no tiene la mínima idea de lo que está pasando. La cosa no pasa por si Lugo es el padre o no, si Lugo es un padre irresponsable o no. No vamos a inocentarlo tampoco de sus desvíos y malas acciones (en este caso una acción irresponsable) pero seamos sensatos, no fue el único culpable. Hortensia está eligiendo el peor camino.
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