Ni siquiera los lectores que suelen pegar el grito en el cielo y llenar de comentarios cualquier artículo que hable contra el gobierno o políticos de izquierda se indignaron. Por lo visto que la muerte de tres indígenas no vale la molestia de indignarse. Total son apenas indígenas.
Los asesinos de estos indígenas actuaron a cara descubierta, conscientes de su impunidad, la fiscala, al ser interrogada por la emisora local, manifestó que no se les pondrá ningún dispositivo de seguridad a los indígenas, porque están amenazados, es decir que la propia fiscalía confiesa que los matones pueden amenazar y luego ejecutar su sentencia de amenaza sin que nadie diga un pío.
La indignación me impide articular un razonamiento más técnico, escribir un artículo más depurado, solo atino a decirle a mis lectores que los tres asesinados pertenecen a una parcialidad bastante particular en la zona, que ya están prácticamente diezmados, casi al hilo de desaparecer, de hecho ya desaparecieron como auténticos indígenas, los que están allí no son más pobres INDIGENTES, sin ninguna asistencia. He buscado en la internet algo sobre el tema pero casi no existe, lo poco que hay son apenas referencias superficiales.
Urge que los organismos internacionales miren con ojos un poquito más atentos a esa zona. Hay que indignarse, hay que hacerse sentir, no podemos seguir de la forma en que esta esa zona.
Si no la consigna será “EL ULTIMO QUE SALGA QUE APAGUE LA LUZ Y CIERRE LA PUERTA”
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