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jueves, 18 de noviembre de 2010

ECOS DE LAS ELECCIONES MUNICIPALES EN PARAGUAY


El Partido Colorado recupera su caudal electoral

Por Gustavo Torres

A poco más de dos años de perder las riendas del poder, después de gobernar por seis décadas de forma ininterrumpida, el Partido Colorado recupera su caudal electoral al ganar las elecciones municipales en las principales ciudades del Paraguay.
Subnotas
Elucubraciones para las presidenciales

El bipartidismo tradicional demostró en estas elecciones que sigue siendo la manera peculiar de la participación del electorado paraguayo al producirse una polarización entre colorados y liberales como nunca antes en la transición a la democracia para repartirse la mayoría de los municipios, pero con una marcada supremacía de la principal fuerza de oposición, la Asociación Nacional Republicana (partido colorado) al retener el gobierno municipal en la capital, Asunción, donde, Arnaldo Samaniego, derrotó al candidato de la coalición Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Patria Querida (PQ) y Frente Guasú (FG), Miguel Carrizosa. En Ciudad del Este, segunda ciudad en importancia del país, ubicada en la triple frontera con Argentina y Brasil, uno de los mayores centros del contrabando y la corrupción de todo tipo, fue reelecta Sandra MacLeod, esposa del padrino local Javier Zacarías Irún, vicelíder del Movimiento Vanguardia Colorado y unos de los potenciales precandidatos presidenciales por la ANR al concretar esta hazaña electoral, adelantando lo que va ser la puja interpartidario de caras al 2013. En la tercera ciudad, Encarnación, limítrofe con Argentina, fue reelecto el actual intendente Juan Alberto Schmalko.

Asimismo, la ANR arrebató bastiones del gubernista PLRA, como Fernando de la Mora, distrito del área metropolitana de 180 mil habitantes, donde buscaba su reelección el intendente Aníbal Franco, hermano del vicepresidente, Federico Franco, y del senador Julio César Franco, miembros de un clan familiar que gobernó por décadas esta ciudad vecina a la capital. Los resultados de estas elecciones colocan al también aliado gubernamental, Frente Guasú (coalición de partidos y movimientos sociales de izquierda y progresistas que se creó el pasado 20 de marzo de 2010) como la tercera fuerza política en importancia al obtener alrededor de 110.000 mil votos en las elecciones del 7 de noviembre. El FG al obtener algunas intendencias y con una muy buena elección en Asunción en la lista de concejales, así como en otras ciudades del interior, llegando incluso a ser la segunda fuerza electoral en Asunción, modificará en algo el mapa político de los gobiernos comunales y las perspectivas para las elecciones presidenciales de 2013. Si bien en el actual tablero electoral, el Frente Guasú es la tercera fuerza (6,50%), lo concreto es que aunque se le sumara los votos de Movimiento 20 de Abril, liderado por el jefe de Gabinete Civil de Presidencia, Miguel López Perito y el Partido Demócrata Progresista, conducido por el ministro del Interior Rafael Filizzola, no supera el 7,60 por ciento, bastante menos del 12 por ciento que estas mismas fuerzas obtuvieron en las elecciones de 2008.

Sin embargo, el peor revés ha sido para el Partido Unión Nacional de Ciudadanos Ético (UNACE), liderado por el ex General golpista Lino César Oviedo desde que ésta fuera una corriente interna dentro del Partido Colorado (Unión Nacional de Colorados Éticos), con una estrepitosa derrota al no superar 80 mil votos, quedando como la cuarta fuerza (4,9%), la cuarta parte de los que obtuvo en 2008; es decir, el 21 por ciento del electorado; mientras su candidato Oscar Tuma, quedó último en la disputa por la intendencia de Asunción con menos del 5% de los votos, logrando un sólo concejal en el legislativo municipal, aunque en las últimas horas del sufragio se evidenció el apoyo explícito del oviedismo al candidato colorado en Asunción, aunque en otras localidades se alió directamente a la ANR para competir contra el PLRA y el FG. Hasta las elecciones del pasado domingo 7 de noviembre, el UNACE venía ocupando cómodamente la tercera fuerza electoral al obtener en las elecciones presidenciales de 2008, 379.571 mil votos. Patria Querida es otro de los partidos conservadores que sufrió un duro revés al colocarse como la quinta fuerza electoral en el país, con poco más de 40 mil votos, reducido a tan sólo 2,5 por ciento, mucho menos de la tercera parte de su resultado legislativo de 2008 (9%).

El repunte colorado

La notable recuperación del Partido Colorado en las elecciones municipales tiene varias interpretaciones, algunas incluso traspasan el terreno político. Una primera aproximación está relacionada con el cambio de la práctica política dentro del centenario partido, por ejemplo en su conducción. La digitación de candidatos desde la dirección partidaria siempre ha sido una constante cuando existían los liderazgos fuertes y en el ejercicio del poder gubernamental; sin embargo, ante la falta de éstos y el estar en la llanura facilitaron la emergencia de los liderazgos regionales y posibilitaron mayor cohesión y unidad partidaria para estas elecciones. El aparato partidario y su estructura, principalmente en los municipios donde se administra el poder, ha sido determinante para que la ANR ganara en 14 de las 17 capitales departamentales. Asimismo, el aporte del empresario tabacalero y dirigente deportivo Horacio Cartes, quien entró en la escena política como el gran financista de los colorados, después de afiliarse a este partido, ha sido determinante en estas municipales para la ANR. Según el político colorado, Diógenes Martínez, Cartes financió entre el 33% y el 50% de la campaña colorada para las municipales. El empresario no sólo reconoció su aporte, sino que también reconoció que lo hizo para el PLRA y el UNACE. El alto grado de abstencionismo también jugó a favor del Partido Colorado. Esta situación se podría interpretar como una falta de opción y descreimiento al sistema electoral, principalmente por parte de los jóvenes, por la ausencia de debate político/programático y la alianza forzada a cómo diera lugar.

Estos podrían ser algunos razonamientos de la poca participación ciudadana para no entrar en el terreno de la especulación simplista, de que el abstencionismo es sinónimo de apatía y cretinismo como ha querido caracterizar algunos referentes patriqueridistas al conocerse la derrota de su candidato. Si esto fuera así, cómo se entiende que en las municipales de 1991, cuando ganó Carlos Filizzola, el nivel de participación fuese del 81 por ciento; mientras que cuando ganó Martín Burt, en 1996, hubo una concurrencia récord de votantes del 90 por ciento. En las municipales de 2001 y 2006, en las que ganaron los colorados Enrique Riera y Evhany de Gallegos respectivamente, la participación electoral estuvo en ambos casos por debajo del 50 por ciento. En estas jornadas, la participación electoral en Asunción alcanzó apenas el 54 por ciento, muy por debajo de los niveles de participación de 1991 y 1996, y de las últimas elecciones presidenciales en 2008.

Por otro lado, se ha evidenciado que la vieja práctica colorada, y en un grado no menor de los liberales, de la corrupción electoral (compra o retención de cédulas de identidad del elector opositor) que sigue campante y hasta ha mejorado en su práctica. Lo particular de este sistema es que el operador no busca adherentes para su candidato sino que pretende encontrar a quienes no quieren votar por el candidato de su partido. Según la analista política Milda Rivarola, un 30 por ciento de los votos en estas elecciones han sido comprados o negociados. El electorado también es consciente de que el Partido Liberal en función de gobierno no está lejos de desprenderse de viejas prácticas, como la corrupción gubernamental y el prebendarismo. Asimismo, interpreta que el oportunismo y el obstruccionismo de por sí para con la gestión del gobierno del cual se forma parte ha castigado al franquismo, demostrado claramente con la derrota en su feudo del municipio de Fernando de la Mora ahora y antes en la interna del PLRA.

El manejo cuasi autárquico de la Justicia Electoral por parte de los colorados ha sido otro aspecto que coadyuvó para confundir, principalmente al electorado liberal desinformado. El presidente del Tribunal Superior de Justicia Electoral, Juan Manuel Morales, dos días antes de las elecciones, sacó una resolución que consideraba válidos los votos para Franklin Boccia, a pesar de que este había renunciado para apoyar la candidatura del patriaqueridista Miguel Carrizosa. A pesar de esta situación su imagen apareció en la boleta de votación, y ob tuvo alrededor de 5 mil votos. Si estos votos hubieran sido traslados a la candidatura de Carrizosa, éste le habría ganado tranquilamente al colorado Arnaldo Samaniego por alrededor de 2000 votos. Dos meses atrás, la primera alianza electoral, suscrita entre el Frente Guasu y el PLRA, que convocó una consulta interna a fines de septiembre para definir al candidato único, entre Canese y Anki Boccia, ganando éste último, beneficiado por el aparato y los cuantiosos recursos del PLRA, el progresismo se quedó sin candidato. Posterior a esto, el liberal Boccia fue a interna con Carrizosa, en la que el candidato de la Alianza finalmente recayó en el senador de Patria Querida, luego de optarse por un peculiar sistema de elección vía urnas móviles, sugerido por PQ, regla de juego que finalmente fue aceptada por la dirección del PLRA… y así les fue.

A propósito de la victoria de Samaniego en Asunción, el sociólogo y analista político, José Carlos Rodríguez, manifestó que hubo una estrategia electoral de boicot dirigida por el adversario, sosteniendo una campaña para que se votara al candidato liberal retirado. “Hubo una orden política de hacerlo así, por eso tuvimos tantos votos anulados en estas elecciones”, analiza Rodríguez al respecto. La reposición de los colorados en las pasadas elecciones es vista por el también sociólogo Tomás Palau, que el votante paraguayo es cada vez más consciente, aún reconociendo el alto porcentaje de votos comprados. “Cuando las promesas no se cumplen se sanciona a los mentirosos. De ahí que los más de 200 mil votos que en 2008 migraron a Lugo. Sobre todo, con respecto al votante colorado que a la postre es el que define las elecciones”, subraya Palau.

La gran deuda de la democracia paraguaya reconquistada en 1989 es la falencia de su sistema electoral, que además de impedir la reelección presidencial evita que los candidatos mejor posicionados se definan en una segunda vuelta o balotaje. Las elecciones municipales del domingo 7 de noviembre son las primeras que experimenta el presidente paraguayo, Fernando Lugo, tras asumir en agosto de 2008, mientras el escenario que deparará el año 2013 es aún incierto.

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