Quien pesca en este Río revuelto?

Mis queridos compatriotas: De cara a los acontecimientos en Paraguay, el secuestro del ganadero Zavala, y las derivaciones socio políticas que ello trajo, me pongo a pensar en lo siguiente:

Hagamos de cuenta que el EPP existe y que su lucha es legítima. Nadie ignora que en Paraguay nunca fue puesto en marcha la verdadera reforma agraria, tras cada marcha campesina o tras cada invasión de propiedades rurales se adjudicaron terrenos, en fin siempre se tuvieron parches, nunca verdaderas curas.

Los campesinos “sin tierras” siempre reclamaron “derechos” pero nunca cumplieron sus obligaciones cívicas sociales, la cultura del “vai vai”, del hacer las cosas a medias es lo que más daña al desarrollo humano del Paraguay. Hace falta un cambio urgente de mentalidad, de actuar y reclamar. Por ejemplo, que las organizaciones campesinas sean los primeros en presentar un proyecto país posible basado en un cronograma de trabajo real, a corto, mediano y largo plazo, con miras a un desarrollo social sustentable en el área rural. Colaborar ellos mismos en la elaboración de un censo de los campesinos a ser adjudicados y que ya fueron adjudicados, de modo a sanear la lista de “espera” de los adjudicatarios.

Ahora entremos a hablar de la otra cara de este panorama: Si lo que se busca es el juicio político a Fernando Lugo y a su gabinete, si se hace efectivo el juicio político y Lugo deja el poder, va a asumir Federico Franco; pregunto ¿Es capaz Franco de asumir ese papel? O es para que la vuelva a entregar a la vieja estructura. ¿Quiénes son los verdaderos interesados en este agitar de aguas? ¿Quiénes pescarán en este río revuelto? ¿Quiénes están siendo beneficiados en este gran barullo que hace que se desvíe la atención de la ciudadanía de hechos que estaban siendo puestos en la mesa de discusión antes de que aparezcan estos “EPP”? Como el tema de las listas sábanas, los Ministros atornillados de la Corte Suprema de Justicia y la Justicia Electoral, la recuperación de algunos bienes mal habidos, en fin. Escuchemos el barullo, pero no desviemos la atención de los demás temas en debate en el país.