El Metro chirriaba en sus rieles, mi corazón saltaba en mi caja toráxica, ambas cosas parecian absolutamente desacompasadas, ninguna de las dos cosas tenian el mismo sentido o ritmo; el metro no estaba haciendo mas que repetir el mismo camino a fuerza de de la dura guia de sus hierros. Mi corazón, sin embargo, estaba ansioso, queria llegar, curioso al destino que me propuse al salir de la casa que habito, me habia puesto el mejor traje que me habian regalado unos amigos y aunque soy consciente de que "Mono, aunque vista de Seda, mono queda", yo queria lucirme en las fotos, un amigo me habia prestado la cámara, la llevaba colgada al cinto. Llegué a la primera estación donde debia cambiar de linea, bejé y camine rumbo al andén de la otra línea, una mujer tocando una cítara, me dió la sensación de que estaba en complicidad con mi curioso corazón y me jugó otra mala pasada, se me erizó la piel bajo aquella ropa, menos mal nadie podia darse cuenta, pero se habrán dado cuenta, porque un calor súbito subió a mi rotro, eso me avisaba que me habia ruborizado. Imposible contener la emoción, aquel túnel parecia estar de fiesta con aquel sonido envolvente y mi corazón estaba ya eufórico al extremo, como para no desbocarse cual caballo sin riendas.
En fin, fuí a tomar la otra línea que me llevaria, tres estaciones mas adelante, a mi destino. Llegué a la estación, ví el cartél: decia clarito "Palais Royale - Musée de Louvre", el tren literalmente se vació en aquella estación, cientos de almas iban al mismo lugar que yo, sin embargo no creo que todos vayan con la misma ansia que yo, cuanto mas me iba acercando a la puerta del Museo más mi corazón se agitaba, parecia querer salir y correr para llegar antes que yo.
Para tomar aliento, me recosté contra la pared del túnel de la estación, parecía un pendejo a punto de encontrarse por primera vez con una mujer, o un chiquilín al que le dieron permiso para entrar en una jugueteria y tomar los juguetes que quiera, en realidad ni sabia lo que era yo en aquel momento.
Retomé la marcha, en fín llegué ahi estaba la famosa Pirámide invertida, que anunciaba la entrada. Imponente, no me detuve en la entrada, nada llevaba que me impidiera entrar corrido. Subí la escalera, alli estaba la primera galeria, el piso de madera crujió, cual si fuera la suela de un zapato nuevo.
No sabia qué era mas espectacular, El techo? Las obras de Arte? o mi emoción?, mi cuello daba vuelta cual carroussel, cuatro horas pasaron tan rápido que ni cuenta me dí que habia sacado 150!!!!!!!! fotos y me parecieron muy pocas, en Breve las veran en mi orkut y me darán la razón o entonces.................
Para mi fué un sueño...................... y no quiero que me despierten nunca
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