Reivindico Justicia
Itarova nio ko’âa Castiglionista, Eguatana compararle al Pato Donald con Blanca Ovelar.
Esta bien que su candidatura haya surgido del dedo índice de su cuñado Nicanor, a lo mejor con la idea de convertir al marido de Blanca, en primer Damo de la República, o en el peor de las hipótesis, continuar él en el poder.
Esta bien que Blanca tenga algunos discursos medio tontos, o totalmente tontos, que causan hilaridad y no conducen a nada más que a la hilaridad.
Está bien que Blanca tenga, no sobrinos pero parecidos, en su entorno tres “traviesos" de primera línea, cierto que no se llaman ni Hugo, ni Paco, aunque si un Luis, que por cierto resultó un rebelde sin remedio y que le dio un tremendo dolor de cabeza, a tal punto de aguarle la fiesta de coronarse la primera Presidenta de una República, aunque mas no sea bananera, iporâma nio.
Esta bien que haya algunas coincidencias pero es ridículo pensar que Blanca Ovelar sea el Pato Donald, reivindico con fuerza se haga justicia y no caigamos en el error de comparar algo tan bello y maravilloso, con la candidatura de una persona a un cargo público; aquí no hablo de la “persona” Blanca Ovelar, hablo de la “candidata” del Partido Colorado, son dos cosas muy distintas, la primera es dignísima y merece respeto, la otra sin personalidad ni carácter, si lo tuviera hubiera renunciado al primer anuncio de que no era muy aceptada.
O sea, entre Blanca Ovelar y el Pato Donald, me quedo sin dudas con el Pato Donald, éste siempre me divirtió, alegró mi infancia y las veces que puedo, inclusive esta mi incipiente vejez. En cuanto que la camarilla de la cual nació la candidatura de Blanca Ovelar, siempre me hizo pasar por muy malos ratos, no solo a mi, sino a todos los que habitábamos en el Paraguay.
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