D
1) Sólo por hoy, trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver todo el problema de mi vida de una vez.
2) Sólo por hoy, tendré el máximo cuidado de mi aspecto; trataré de ser cortés; de no criticar a nadie ni pretender disciplinar a nadie, sino a mí mismo.
3) Sólo por hoy, me adaptaré a las circunstancias, sin querer que las circunstancias se adapten a mis deseos.
4) Sólo por hoy, dedicaré 30 minutos de mi tiempo a una buena lectura recordando que así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura es necesaria para mi mente y espíritu.
5) Sólo por hoy, haré una buena acción a favor de alguien que solamente yo sabré.
6) Sólo por hoy, haré dos acciones positivas que no sean de mi agrado y procuraré que nadie se entere.
7) Sólo por hoy, seré feliz con la certeza de que se sido creado para la felicidad.
8) Sólo por hoy, haré un programa detallado. Quizás no lo cumpliré íntegramente, pero lo redactaré. Y me cuidaré de dos calamidades, la prisa y la indecisión.
9) Sólo por hoy creeré aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
10) Sólo por hoy, no tendré temores, no tendré miedo a gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.
Angelo Giuseppe Roncalli (Juan XXIII)
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Muere lentamente…
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se
permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
Pablo Neruda
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