Los autoproclamados dueños de la verdad desesperados ante el inminente
regreso del Paraguay a la senda de la integración regional
Decía Roosevelt que más que prisionero del destino, el
hombre es prisionero de su propia mente, y el otrora omnipotente dueño de la
verdad en Paraguay es otro ejemplo.
Durante el gobierno de Fernando Lugo, que ayudó a
instalar con las últimas fuerzas que le quedaban a su medio impreso, Aldo
Zucolillo se pasó alabando la gestión del entonces ministro de Obras Públicas
Efraín Alegre, cuya salida del gobierno lo llevó a recrudecer sus ataques
contra el gobierno luguista. Cuando más tarde Efrain Alegre fue candidato
a la presidencia de la república, inició un tiroteo contra su partido y
soportes, en busca de subir al carro de los vencedores, que se sabía anticipadamente
serían los seguidores de Horacio Cartes.
Como dijera el barón de Holbach refiriéndose a casos
como éste, la traición siempre implica una cobardía y depravación detestables.
Si hubiera deseado hacer una demostración de su
poderío mediático, Zucolillo hubiera seguido apoyando a Alegre, pero su
cobardía se lo impidió. Le resultaba más fácil y rentable subirse al
carro de los ganadores, y así lo hizo.
Epicteto de Frigia decía que la peor cobardía es ceder
el paso a los indignos, y es exactamente lo que Zucolillo hizo: allanar el
camino a los mismos a quienes había vilipendiado por décadas, y llenado con los
peores epítetos.
El curso de los acontecimientos iría a complicarse
para el Tiranosaurio de los medios paraguayos cuando el presidente electo
Horacio Cartes, inesperadamente se mostró decidido a honrar su palabra de
reinsertar al Paraguay en el Mercosur. Para el efecto, realizó una visita
al cura Fernando Lugo, con quien dialogó sobre el Mercosur y su
aceptación de Paraguay al bloque regional, suponiendo que el destituido
presidente podría constituirse en un factor clave para facilitar el diálogo con
los gobiernos del bloque, que no reconocieron a Federico Franco como
presidente.
El acercamiento de Cartes a Lugo se explica porque el
Partido Colorado paraguayo obtuvo la mayoría absoluta en la Cámara de
Diputados, pero sólo 19 de los 45 asientos del Senado, donde el Frente Guasú
logró cinco senadores. Juntos supondrían una mayoría en esta instancia,
con lo cual la gobernabilidad estaría asegurada.
El acercamiento de Cartes a Lugo fue celebrado por la
cadena bolivariana Telesur, la cual informó que “Cartes valoró la
agenda del bloque de izquierda y sus proyectos prioritarios para el país,
advirtiendo que en su Gobierno no sólo quiere que “levanten el dedo” en el
Congreso, sino también acordar temas fundamentales donde Paraguay esté en
primer lugar”.´
No es difícil deducir que detrás del acercamiento
entre dos fuerzas aparentemente antagónicas, se encuentra la mano del ex
presidente Nicanor Duarte Frutos, considerado el nuevo “Rasputín” detrás del
poder. Duarte Frutos había entablado excelentes relaciones con el
fallecido líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, lo cual le valió una
campaña de desprestigio infernal.
Como muralla ante los esfuerzos bolivarianos de
Caracas, Zucolillo había impuesto un discurso hostil hacia la mayoría de los
gobiernos latinoamericanos, sobre todo contra Venezuela, con una retórica
desfasada retrotraída a los años de la guerra fría. Buscando complacer al amo
de los medios, los políticos ávidos de destaque adoptaron ese discurso que los
llevó a un autismo que los aisló totalmente de Sudamérica.
Cuando Lugo acabó destituido, el incidente sirvió para
suspender al Paraguay del bloque Mercosur y forzar el ya retrasado ingreso de Venezuela.
De esta manera, Zucolillo quedó convertido en el hazmerreír de la opinión
pública y la comunidad internacional.
Los hechos también dejaron a la derecha paraguaya en
el más completo ridículo, y a partir de entonces los políticos miran con
reservas los libretos contra el Mercosur y el chavismo que pretende dictar
Zucolillo, quien a su vez se encuentra cada vez más solo. Está claro que ya
nadie piensa en despotricar contra la integración para complacer delirios
emanados de la demencia senil.
Los fallecimientos de sus amigos, como aquellos que
orquestaban el apoyo a las ONG y el ex dictador argentino Jorge Rafael Videla,
lo sorprendieron en una misma semana, y como buen sobreviviente del jurásico va
acusando la misma soledad que en su momento aquejó al dictador
Stroessner. Ahora le toca sufrir la traición de dos presidentes a los
cuales respaldó apasionadamente desde su diario.
Paulatinamente, los titulares del diario de Zucolillo
van reflejando la desazón de su director-propietario, con velados ataques al
acuerdo en ciernes, que se veía venir por todos menos por ABC color. No
sería extraño que pronto retome sus furibundos ataques al Partido Colorado, que
lo caracterizaron siempre, azuzado por la desesperación que lo embarga.
Es que como decía Tomas Fuller, la desesperación es
capaz de infundir valor al peor de los cobardes. LAW