No soy ningún experto en hacer análisis de publicaciones periodísticas, pero de una cosa puedo estar seguro: las grandes hectáreas de cultivos de la droga mencionada no está demasiado lejos de la realidad.
Aquí podemos deducir lo siguiente: estas dimensiones de tierra cultivadas no están ajenos a los ojos de los líderes campesinos ni de la población, además del evidente estado de terror que la mafia ejerce sobre la gente común para que no delaten, debemos agregar el chantaje económico que la misma impone sobre la gente humilde. La excusa es siempre la misma: “es nuestra fuente de ingresos y necesitamos dar de comer a nuestra familia”. Siguiendo esta línea de pensamiento, podemos decir también “seguiré robando mientras no tenga “otra” fuente de ingreso”.
Otra pregunta que se debe hacer es ¿Cómo es que no se puede determinar el origen de las riquezas de algunas personas?, con la complicidad de funcionarios del Estado en algunas dependencias claves se realizan los lavados de dinero provenientes de este rubro, anexándolos a rubros legales como la ganadería y la triangulación de la productos agrícolas. La pobreza de los pequeños propietarios de tierras y la ausencia del Estado en las zonas rurales son el mejor caldo de cultivo de estos nuevos millonarios a costa de la pobreza de la población común; para ellos es fundamental que la gente esté mal informada y continúen siendo pobres, de otro modo no tendrían mano de obra barata, ni una población sumisa y callada, que no denuncia los desmanes y los crímenes de éstos mafiosos.
Para seguir manteniendo estos sistemas de opresión, los parlamentarios deben seguir haciendo grandes discursos, defendiendo sus intereses; para seguir apareciendo como los benefactores de sus humildes conciudadanos deben seguir recibiendo dinero de la mafia para “donarlos” a humildes campesinos que acuden a ellos en busca de una ayuda para “operarse de apendicitis” o ganar una beca, o, lo que es más doloroso aun, pedir “limosna” para comer. Los parlamentarios deben recibir fondos de la mafia, para “comprar influencias” en la justicia o en el aparato represivo; los policías ganan poco, (asi como los funcionarios de la SEAM, que por coimas permiten la deforestación indiscriminada; los de aduanas que permiten el contrabando) hay que incentivarlos a hacer la vista gorda coimeándolos, permitiéndoles que se puedan “comprar un auto” robado y moviendo influencias para blanquear esos vehículos, fortaleciendo asi la industria de la violencia y el crimen organizado. Algunos miembros de la prensa no escapan a esta premisa, como ganan poco, tiene familia y les gusta llevar una vida holgada prefieren someterse y callar los hechos, los peores maquillan las verdades, mostrando a los mafiosos como benefactores reales, sin cuya ayuda la población se vería en apuros. Bajo ese pretexto callan crímenes horrendos y al no denunciarlos quedan impunes y en el olvido.