Despachos desde Europa
Es su segundo invierno que soporta aquí. Su exilio en Paris es la continuidad de etapas conflictivas de orden represivo que ha vivido antes de que la ACNUR le trasladara desde Uruguay por motivos de seguridad. Tiene accesos de agresividad consigo mismo. Sus sentimientos de culpabilidad se agravan periódicamente. Sus reacciones desconcertantes, angustiosas, desesperadas, cuadros depresivos, de irritabilidad fácil e impotencia condicionan severamente sus relaciones con los demás y lo sumergen en bolsones de soledad y duda. No obstante, conserva la esperanza de volver a ver a su familia algún día. Nuestro corresponsal en Europa tuvo la oportunidad de convivir con Enrique Ramón Galeano, el desterrado contemporáneo paraguayo más notorio.
Perdido en Paris
Por Omar Ruiz-Diaz | en Paris, Francia.
“Contesta tu teléfono, pendejo!” es la estridente alarma fonitono que expande el móvil de Kike, la mañana del 21 de Enero de 2009. “-Comandante”, responde apenas se conecta con alguien quien le llama casi cada día y que –normalmente- requiere que le ayude en alguna changa o simplemente que le acompañe a comprar materiales de la ferretería, alguna excusa para matar el tiempo, para consolidar la amistad, para platicar simplemente.
Al sorber mate, la infusión de una bebida caliente servida dentro de un recipiente rebosante de yerba mate y hierbas medicinales que estimulan el apetito y divierten el estomago, Kike mira el cielo gris que ingresa desde la única ventana que posee su habitación.
La conversación se desarrolla en “yopara”, es decir un creole español-guarani y gira en torno a los últimos acontecimientos que difunde los diarios digitales de Paraguay. Concluyen que se encontrarán mejor mañana. No hoy. Hoy hay otras cosas que hacer, como ir a la Municipalidad del distrito Quince a retirar unos formularios. Cosas de papeles.
“-Paris es para mi el cielo y el infierno”, confiesa mirándome directamente a los ojos por sobre sus anteojos de marco de carey. “Porque, por un lado, aquí me siento seguro y generalmente confortable pero, por otro, me hallo huérfano de mi familia”.
Para Enrique Ramón Galeano, la familia siempre ha sido un concepto escurridizo, una orfandad concurrente. Su espacio presente es un escaparate de fotografías de su mujer y sus cuatro hijos estampados en relojes, calcomanías y fotocopias impresas que alimentan la nostalgia permanente.
En el Paraguay de Stroessner, su lugar de nacimiento hace 53 años, sobrevivió a una horrible adopción donde era vejado física y psicológicamente, posiblemente el gatillo que lo traslada a la incertidumbre y la precariedad con que la calle acoge a sus habitantes mas selectos. “Así y todo”, se expresa con orgullo, “he aprendido a ser educado y solidario con los demás”.
Kike se halla en territorio francés desde principios del año pasado, desde que la ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) le trasladase desde Uruguay en calidad de exiliado político. Su historia generó una estela de reacciones en ámbitos periodísticos y políticos de Asunción, que hoy resulta difícil encontrar una convergencia acerca de su caso.
En Yby Yau, departamento de San Pedro, trabajaba en una Radio comunitaria desde donde comenzo una campaña de denuncia acerca del enlace que existia entre el diputado oficialista Magdaleno Silva y el capo de la zona, Luis Carlos Da Rocha, vinculado, a su vez, al temerario PCC (Primeiro Comando Capital) de Sao Paulo, Brasil. Es amedrentado y, finalmente secuestrado por elementos de Rocha y Silva quienes, siempre según testimonios de Galeano, lo trasladan a Brasil bajo la amenaza de dañar severamente a los miembros de su familia si osara retornar a Paraguay. Galeano se esfuma del mapa y en Asunción se realizan manifestaciones del Sindicato de Periodistas y de Derechos Humanos acerca de su desaparición, especulando incluso con su muerte, responsabilizando al gobierno de Duarte Frutos.
Al cabo de un año, un vespertino lo localiza en Sao Paulo y le hace una nota. La imagen de un Kike barbudo y desprolijo invaden los titulares de los periódicos de Asunción. Entonces cunde la decepción generalizada en los medios. “En vez de alegrarse porque seguía vivo, los periodistas me lapidaron con agresivos calificativos hacia mi persona”, se defiende. La mayoría de las personas lo tacharon de mentiroso.
Kike vuelve a esconderse, otra vez temiendo por su vida y por un inminente arresto que el gobierno de Nicanor Duarte ordena desde el Palacio de López. Su familia, mientras tanto, también busca asilo en un convento de Asunción. Galeano logra arribar a Montevideo con ayuda de representantes sindicales y de derechos humanos y, mas adelante, su periplo termina en Paris con el respaldo de las Naciones Unidas.
Se niega a ingresar a la embajada del Paraguay, pese al cambio de gobierno que supone la figura del socialista Fernando Lugo.
“-Mis papeles aun no están regularizados”, se queja ante la ausencia de efectividad de la Carte de Sejour. “-Es mas doloroso para mi saber que mi familia también esta sufriendo en Yby Yau. Aquello de la reinserción familiar se esta prolongando demasiado”, expresa con escepticismo.
Salimos a la calle y avistamos la cima de la Torre de Montaparnasse cubierta de niebla. “-A veces tengo la impresión de que me siento perturbado”, dice. “Sufro de insomnio, pesadillas y me siento muy apático”, agrega.
Galeano tiene mas de 170 amigos en el Messenger, algunos de ellos se muestran muy cooperativos e interesados en su situación. Se dirige diariamente a la Maison des Journalistes para usar el Internet, ya que en su habitación de Foyer (Shelter) Aurora no puede instalarlo. En la Maison vivió unos ocho meses, escribiendo en “L’Oeil de l’Exile” (los Ojos del Exilio), colaborando en un calendario de esa publicación trimestral y participando en charlas y otros eventos culturales.
En su blog http://prensalibreya.blogspot.com publica sus notas y fotos asi como la puesta al aire de una radio de Internet donde publica noticias en español y guarani. Escribe constantemente sus opiniones en los blogs políticos de los principales diarios de Paraguay y demuestra su apego a las novedades políticas mas recientes.
“- Mas allá de todo, agradezco al gobierno francés por decidir acogerme. Es ese espíritu de agradecimiento a la vida, a Dios por lo que se me ha concedido, es lo que me permite continuar en la lucha”, dice, al tiempo que da media vuelta y se pierde en la mañana gris parisina.
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