Y bien, estamos al filo de un nuevo año, nuevas esperanzas, nuevas ilusiones. En nuestro País se perfila un nuevo horizonte político, mal que le pese a mucha gente que quiere que las cosas sigan tal como antes.
La política del oportunismo toca a su fin, la conciencia de la corrupción generalizada está a punto de cambiar. La población común, también fue alcanzada por la corrupción (todos quieren estar en el momento y en el lugar cierto para tener su “toco” en la repartija), corrupción que ha permeado todos los niveles sociales, económicos y culturales de la población paraguaya. Políticos que venden sus votos al mejor postor sin importar los intereses del País, ejecutivo que desvía fondos del Estado para fines personales y políticos; abogados, jueces y fiscales que se valen de chicanas para ganar la simpatía y mucho dinero, extorsión y coima mediante, prostituyendo la justicia; policías que en vez de defender a la población común encubre y protege, coima mediante, al narcotraficante, al asesino en potencia; las entidades que deberían velar por el medio ambiente, coima mediante permite y protege el trafico de rollos, con lo que la deforestación masiva y salvaje sigue aceleradamente su curso, sin importar el peligro que ello representa para las generaciones presente y futura; seudo líderes campesinos que manipulan a pobres, ignorantes y mal instruidos, jugando con sus esperanzas; detentores del poder de Votar y Elegir venden sus votos, “eligiendo” a los peores, legitimando la Clepto-Plutocracia que se apodera del País. Toca a su fin la era de la política del oportunismo: pero eso no será obra de una persona, si se llega a dar el cambio habrá sido el logro de toda la población; una población consciente de la necesidad de cambiar el rumbo de las cosas, el sentido de justicia y la responsabilidad que debe primar sobre los intereses primarios y mediáticos.
Todo eso debe cambiar, comenzando por la conciencia de la gente, no hay derecho sin obligación, ni beneficio sin costo; eso es lo que se debe aprender, especialmente los campesinos que “piden tierras”, pero no trabajan sobre un proyecto sustentable, total el gobierno está para “asistirlos”. No saben que “el Gobierno” es el Estado, el Estado es el conjunto de un País del cual ellos hacen parte, es decir que si ellos perjudican al Estado, los perjudicados son ellos mismos.
No podemos hablar de cambios si la población queda en el mismo patamar conformista; ligados a un Estado asistencialista indignante, corrupta e ineficiente.
Ojala el 2.009 traiga esos cambios; sé que es utopía pero es mi sueño.
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