Tantas veces nos preguntamos porque la sociedad va por mal camino; la respuesta no es tan sencilla como parece, sin embargo hay un elemento que parece estar escondido a los ojos de quienes nos hacemos esa pregunta: la vanalización de los valores morales más esenciales a la sana convivencia y al crecimiento intelectual del individuo, hemos trastocado todos los valores y los roles del ser humano. Puedo parecer bruto, hasta estúpido, pero creo no estar muy lejos de “la verdad” en este tema.
Hemos vanalizado el amor, lo hemos convertido en un papel teatral que debemos representar para no parecer malos; hemos vanalizado el matrimonio, la hemos convertido en una farsa; hemos vanalizado nuestra palabra de honor, hasta la hemos hecho desaparecer. Hoy ya no vale la palabra; hoy hablan mudos papeles y valen más que cualquier palabra empeñada; al sexo lo hemos convertido en pornografía, una mercadería cara para ambos lados; mucho dinero para quienes la desean ver y vidas (salud física y moral) destrozadas para quienes la protagonizan.
La política: esa herramienta que debería ser usada en pro del bien común la hemos trastocado por el del oportunismo: “ésta es mi vez y no la voy a desaprovechar” “si no lo hago yo otros lo aprovecharan y yo no pareceré sino un tonto”, son las excusas más comunes para tratar de acallar a la propia conciencia por el hecho de haber desviado algún presupuesto social indispensable, o haber inflado el costo de algún medicamento o haberle robado las horas de trabajo al obrero o como obrero el haber utilizado una herramienta de trabajo en provecho propio y sin permiso del patrón.
Pequeñeces que, sumados, dan un perjuicio enorme a quien lo practica y al entorno en general.
Reconozco que este escrito es una estupidez, aparte de mal redactado, pero me sentí impulsado a escribirlo tal cual.
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