Es más que evidente que nuestro mayor problema es la corrupción en la administración publica. Mientras este mal endémico siga afectando a la administración pública nada se podrá hacer para solucionar los problemas más urgentes del País, a esto se suma la manipulación de los movimientos campesinos que abogan por las invasiones violentas en la búsqueda de mártires y sensacionalismos baratos. Los propios campesinos sin tierras se encuentran vacios de proyectos sustentables de reforma productiva, es decir, quieren tierras pero en realidad no “saben” qué hacer con ellas cuando los tengan. La vía para la reforma agraria es la negociación pacífica, no se va a solucionar este problema creando otro más grave que es el conflicto diplomático para el Gobierno de Lugo.
Debemos pensar en alianzas industriales, por ejemplo, es decir producir materia prima e industrializarlos de modo que ya no vendamos barato para recomprar caro. En estos momentos estamos vendiendo materia prima a precio irrisorio y comprando productos industrializados, con nuestra propia materia prima, a precio exorbitante. Los campesinos lo saben, no son tan burros.
Lamentablemente los imperios sojeros están sobreponiéndose a los intereses nacionales y manipulando para que todo siga como está.
Esto significa, desde mi humilde punto de vista, que lo que el gobierno debe hacer es una audiencia pública con los líderes campesinos, con presencia de carácter obligatorio, para que en esa mesa de diálogo se expongan los criterios más urgentes de ambas partes y a partir de ahí buscar la solución más plausible, de otro modo se seguirá con este carnaval que puede derivar en algo bien peor.
No tengo el conocimiento exacto de la cuestión de semillas transgénicas en relación a Brasil, pero tengo la impresión de que ellos tienen una legislación bastante rígida al respecto, así como a la tenencia de tierras. Nosotros en este aspecto tenemos graves problemas: La Ley de la tenencia de tierras no se cumplen; con esto los agricultores, objeto y sujeto de la reforma agraria, se adjudican tierras, los venden y vuelven a colocarse en la figura de campesinos sin tierras en la búsqueda de “nuevas adjudicaciones”, en muchos casos las tierras adjudicadas van a parar en manos de personas que no son sujetas a la reforma agraria, en su mayoría brasileños, éstos, en mi modo de ver, no tienen la culpa, la tienen quienes les vendieron; peor aun estas ventas se hacen a ojos vistas de funcionarios del actual INDERT, entidad estatal encargada de las tierras agro productivas. En cuanto a la legislación para las semillas transgénicas nosotros nos hemos quedado atrás y nos han rebasado los problemas que ahora se tornaron casi “insolucionables”.
Casi insolucionables porque el parlamento se debate en discusiones de índole partidario y dejan de lado los problemas nacionales. El Estado gasta millones en sueldos para que los legisladores discutan sus propios intereses y pongan los intereses nacionales a disposición del mejor postor, en el parlamento los votos “se compran”, nadie vota por un ideal, todos quieren sacar provecho de su poder de voto. ESO ES CORRUPCION AL MAS ALTO NIVEL.
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