Conversando con un amigo por el MSN me entero de que la mayoría de los “periodistas” de la capital y nucleados en el SPP, siquiera quieren escuchar la sola mención de mi nombre.
Esta información me mueve a pensar y preguntarme en la clase de periodismo que tenemos en el Paraguay; los periodistas de la élite paraguaya, salvo rarísimas excepciones, se creen los dueños absolutos de la verdad, cuando siquiera son dueños de sus propias verdades (sus verdades están condicionadas a sus patrones y no a su vocación).
Los periodistas paraguayos exigen y exigen, condenan y condenan. Poquísimos son los periodistas que proponen soluciones a los hechos que critica, peor aún a veces critica al solo efecto de demostrar su clara enemistad con el criticado y aunque el criticado haya tenido coraje y buenas intenciones el periodista jamás le concederá una cuota de confianza.
Imagínense si le van a apoyar a un pobre infeliz que tuvo la “indecencia” de denunciar la relación Mafia-Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Ellos quieren que todos les crean, ellos no le creen a este pobre infeliz aunque tienen todas las pruebas del mundo de que en Yby Yaú es tal cual ha denunciado el que escribe estas líneas.
Si a eso le llaman “Libertad de Prensa” estoy realmente asqueado y apenado por los que se alinean a esta premisa y alienan a la población con medias informaciones o con informaciones absolutamente distorsionadas.
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