El Comisario General Comandante Sapriza, en una entrevista radial, se sinceró de las falencias que sufre la estructura policial. En un punto de la entrevista el Comisario menciona la politización de las intervenciones policiales, lo que desnaturaliza, debilita y prostituye la función policial.
La transición de la conversión de la “Policía de la Capital” a la, actual, Policía Nacional, se tuvieron que absorber algunos elementos humanos y estructurales inadecuados y obsoletos que, hasta la fecha, aun no se han “aggiornado”.
En el interior del País hay comisarías sin ninguna estructura de seguridad, un ladrón de gallinas sin ninguna experiencia se escaparía de estas comisarías. El personal policial debe comprarse sus pertrechos, es decir, todavía no recibió su primer salario y ya está endeudado hasta la coronilla, el jefe policial de la comisaria de interior, debe rebuscarse de medios para tener combustible para la patrullera (hay comisarias que usan vehículos de los propios uniformados, porque no cuentan con patrullera), en ese menester el jefe “pide colaboración” a los ganaderos, comerciantes o políticos de la zona, con eso queda preso de la gratitud a “los colaboradores” y entre éstos a veces figuran gentes de dudosa reputación. No faltan “las recaudaciones” para los políticos de la zona y para la propia comisaría que debe cubrir gastos “de alimentación” del personal de servicio, así como lavandera, limpiadora y otros servicios básicos (incluida la alimentación de eventuales “presos”). Estas recaudaciones son una especie de cuotas que pagan algunas personas que solicitan una incursión semanal, diario o mensual de la policía en sus propiedades o en sus comercios, las cuotas dependen del tipo de servicio solicitado.
La expedición de certificados de “Vida y Residencia”, también son un medio de recaudación de las comisarias del interior. Generalmente es un dinero aprovechado por el personal que ha redactado el certificado, si no está el titular de la comisaría.
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