Se terminó el plazo para el Estado de excepción en los cinco departamentos de nuestro país, algunos ganaderos, así como muchísimos ciudadanos, piden que los militares sigan en las zonas de operaciones. Eso significa que el trabajo desplegado por ellos fue buena y algo se consiguió. El hecho de que no se les haya capturado a los supuestos miembros del supuesto grupo “Guerrillero del EPP” no significa que la operación fue un fracaso; el éxito de esta operación debe medirse por la aceptación de la ciudadanía en general, afectada por la violencia, las mafias y las muertes por ajustes de cuenta, así como otros delitos.
Es aceptable, y comprensible incluso, que durante las operaciones se hayan cometido errores, pero ninguno fue tan grave como para que amerite una crítica dura o la descalificación total.
Algo se consiguió, prueba de ello es el pedido de la gente de que los militares sigan en la zona, aunque ya sin el Estado de excepción, y es que los militares imponen respeto.
Los parlamentarios, a partir de ahora, deberían trabajar en algún proyecto que vise dar trabajo a estas zonas de conflicto, con ello los narco ganaderos no tendrían tanto poder sobre la población, sencillamente porque todos tendrían qué comer y lugar para trabajar, legal y dignamente.
Lo que fortalece la narco ganadería es la ausencia del Estado en estas zonas, ausencia en el sentido de formación profesional, salud y educación; urge universalizar la educación en el Paraguay, hacer que todos los paraguayos, sin excepción, tengan el mismo nivel de preparación escolar y profesional, con ello las oportunidades serian iguales para todos. Tal como están las cosas la educación es marginalizante, la capacitación profesional es privilegio de unos pocos. Las pocas facultades a las cuales pueden acceder la gente del interior son una verdadera estafa, ya que cobran caro, enseñan poco y mal y tienen muy pocas horas aula.
Urge pensar en el daño que se está causando a la ciudadanía con el actual sistema educativo.
Es aceptable, y comprensible incluso, que durante las operaciones se hayan cometido errores, pero ninguno fue tan grave como para que amerite una crítica dura o la descalificación total.
Algo se consiguió, prueba de ello es el pedido de la gente de que los militares sigan en la zona, aunque ya sin el Estado de excepción, y es que los militares imponen respeto.
Los parlamentarios, a partir de ahora, deberían trabajar en algún proyecto que vise dar trabajo a estas zonas de conflicto, con ello los narco ganaderos no tendrían tanto poder sobre la población, sencillamente porque todos tendrían qué comer y lugar para trabajar, legal y dignamente.
Lo que fortalece la narco ganadería es la ausencia del Estado en estas zonas, ausencia en el sentido de formación profesional, salud y educación; urge universalizar la educación en el Paraguay, hacer que todos los paraguayos, sin excepción, tengan el mismo nivel de preparación escolar y profesional, con ello las oportunidades serian iguales para todos. Tal como están las cosas la educación es marginalizante, la capacitación profesional es privilegio de unos pocos. Las pocas facultades a las cuales pueden acceder la gente del interior son una verdadera estafa, ya que cobran caro, enseñan poco y mal y tienen muy pocas horas aula.
Urge pensar en el daño que se está causando a la ciudadanía con el actual sistema educativo.
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